De cincuenta a cinco. De vivir en un lugar bonito, luminoso y con buenas vistas, a estar en un zulo (he visto zulos más grandes) donde la luz es escasa por no decir que nula y una panorámica digna de las fábricas inglesas del siglo XIX.
Pero por ahora voy a ir adaptándome, buscaré formas de seguir comunicándome con el mundo, de mejorar mi calidad de vida. Ahora solo me quedan dos cosas por hacer, trabajar y ensimismarme en mi propio mundo para que nadie vuelva a entrar para arrancarme las entrañas. He abierto este blog como consejo de una amiga para que vaya dejando las tensiones...
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